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Cuatro estudiantes de Ingeniería en Expediciones y Ecoturismo de la Universidad San Sebastián de Puerto Montt, acaban de publicar un documental sobre la expedición que realizaron por el Fiordo Comau, en la provincia de Palena, región de Los Lagos, en el que buscan rescatar el «patrimonio cultural en base a relatos de actores locales».
El proyecto, y a la vez tesis universitaria, lo componen Almendra Castro, de Hornopirén; Gerson Moya, de Cochamó; Enrique Beran, de Castro y Gastón Mancilla, de Puerto Varas. Los cuatro jóvenes recorrieron el Fiordo, ubicado en las cercanías de Hornopirén, durante trece días, explorando y retratando las bondades naturales del lugar y el testimonio de sus residentes, conociendo cada una de las localidades del fiordo: Telele, Huinay, Porcelana Chico, Porcelana Grande, Vodudahue y Leptepú.
«El primer acercamiento al fiordo que tuvimos los cuatros integrantes, fue en un ramo de la carrera que se llama «Navegación a vela y motor II«. En este ramo navegamos 10 días por Chiloé y conocimos el fiordo Comau pero solo fiordo Cahuelmo y Quintupeu», explica Almendra Castro, quien reconoce que ya conocía la mayoría de las localidades del fiordo. Sobre los motivos para elegir este lugar, afirma que la decisión primó por «la belleza escénica del lugar, porque es un lugar propicio para realizar el ecoturismo, alejado del radio urbano y que pasa desapercibido para mucha gente que realiza el recorrido en barcaza de la ruta bimodal para continuar con la Carretera Austral».
Según cuenta Almendra Castro, «la primera cercanía que tuvimos con los habitantes fue en una reunión con la junta de vecinos, donde explicamos el proyecto y anotamos a las personas que querían participar, todas quisieron. Entonces para nuestra fecha de expedición ya teníamos el cronograma listo de actividades y a los habitantes esperándonos». La estudiante agregó que «todos los días que convivimos con los lugareños fueron intensos, escuchar sus historias, sus vivencias, algunas trágicas y otras alegres. Todas nos emocionaron bastante. Cada vez que volvíamos al velero conversábamos con el equipo y nos asegurábamos de que habíamos elegido el proyecto correcto. La mayoría de los lugareños decidió participar en el proyecto porque tienen algún emprendimiento asociado al turismo como camping, caminatas, paseos náuticos, hospedajes, entonces era una manera de promocionarse».
«Para nosotros como equipo de trabajo este proyecto fue todo un desafío. Cuando recién comenzamos a estudiar el área y a planificar nos sentíamos un poco inseguros de si todo esto iría o no a resultar, poco a poco y a medida que fuimos avanzando e investigando acerca de este territorio, su historia, geografía y su gente nos dimos cuenta que era precisamente el lugar en donde queríamos trabajar y llevar a cabo este maravilloso proyecto. Una a una las cosas se fueron dando fuimos consiguiendo ayuda, llegamos hasta el fiordo y la gente nos recibió con los brazos abiertos, una comunidad hermosa gente esforzada, gente resiliente que a pesar de las circunstancias siguen firmes en sus raíces», explica Castro.
«Ahora ya finalizando este proyecto nos sentimos profundamente agradecidos de todos quienes nos ayudaron y apoyaron de alguna u otra manera, como comentábamos en un principio fue todo un desafío para nosotros pero cada esfuerzo valió toda la pena, nos vamos con el corazón lleno de buenos momentos y cariño de toda la gente del Fiordo Comau. Sin duda un lugar mágico, que te lleva a comprender lo pequeños que somos ante la naturaleza, sus parajes te llenan de energía y su gente te brindan todo el cariño y te abren las puertas de su hogar sin dudarlo un momento», cierra la universitaria, sobre este proyecto.
Para finalizar, y tal como retratan en su publicación en Youtube, los jóvenes resumen que «a través de nuestra expedición y las entrevistas realizadas, pretendemos crear un relato que permita rescatar las maravillas de este fiordo, contadas por sus protagonistas. Creemos que un turismo solo basado en la naturaleza estaría «cojo» y que se puede agregar valor y significado a la experie El fiordo es hermoso, eso es innegable, pero las aventuras, la valentía de su gente, sus formas de vida, la simpleza y la conexión con este lugar, nos hacen mirar estas tierras y estos mares de otra forma«.