8 de diciembre de 2024

QUISTES DE OVARIO: SÍNTOMAS Y CAUSAS QUE LOS PROVOCAN

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Los quistes ováricos son sacos, generalmente llenos de líquido, que se forman en un ovario o en su superficie. Las mujeres tienen dos ovarios, los cuales se encuentran a cada lado del útero.

Cada ovario tiene un tamaño y una forma similares a los de una almendra. Los óvulos se desarrollan y maduran en los ovarios, y se liberan en ciclos mensuales durante los años fértiles.

Los quistes ováricos son comunes. Por lo general, causan poca o ninguna molestia y son inofensivos. La mayoría de los quistes desaparece sin tratamiento en unos pocos meses.

Sin embargo, a veces, pueden retorcerse o abrirse (ruptura). Esto puede causar síntomas graves. Para proteger tu salud, hazte exámenes pélvicos regulares e infórmate sobre los síntomas que podrían indicar la presencia de un problema potencialmente grave.

Síntomas

La mayoría de los quistes ováricos no provocan síntomas y desaparecen por sí solos. Sin embargo, un quiste ovárico grande puede provocar:

  • Dolor abdominal que puede desaparecer y reaparecer. Es posible que sientas un dolor sordo o punzante en la zona bajo el ombligo, en uno de los lados.
  • Sensación de saciedad, presión o pesadez en el estómago (abdomen).
  • Hinchazón abdominal.

Cuándo debes consultar a un médico

Busca ayuda médica de inmediato si tienes lo siguiente:

  • dolor pélvico o abdominal intenso o repentino;
  • dolor con fiebre o vómitos;
  • signos de choque, que incluyen piel fría y húmeda, respiración agitada, aturdimiento o debilidad.
  • células en la superficie de un ovario. El quiste puede estar lleno de material acuoso o mucoso. Un cistoadenoma puede adquirir un tamaño muy grande.
  • Endometrioma. La endometriosis es una afección que hace que las células similares a las que recubren el interior del útero crezcan fuera de este órgano. Parte de ese tejido puede adherirse al ovario y formar un quiste; a esto se le denomina «endometrioma».

Causas

Muchos quistes ováricos se forman como resultado del ciclo menstrual. A estos se los llama quistes funcionales. Otros tipos de quistes son mucho menos comunes.

QUISTES FUNCIONALES

Todos los meses, en los ovarios, crecen pequeños quistes llamados folículos. Los folículos producen las hormonas estrógeno y progesterona, y se rompen para liberar un óvulo cuando ovulas.

Un folículo que sigue creciendo se llama quiste funcional. Existen dos tipos de quistes funcionales:

  • Quiste folicular. Aproximadamente, en la mitad del ciclo menstrual, un óvulo sale de su folículo. Luego, el óvulo se desplaza hacia abajo por una trompa de Falopio. Un quiste folicular comienza cuando el folículo no se rompe. No libera su óvulo y sigue creciendo.
  • Quiste con cuerpo lúteo. Después de que el folículo libera su óvulo, se encoge y comienza a producir estrógeno y progesterona. Estas hormonas son necesarias para la concepción. Ahora el folículo se llama cuerpo lúteo. A veces, la abertura por donde salió el óvulo se obstruye. Se acumula líquido dentro del cuerpo lúteo, lo que provoca un quiste.

Por lo general, los quistes funcionales son inofensivos. En pocas ocasiones provocan dolor, y suelen desaparecer por sí solos al cabo de 2 a 3 ciclos menstruales.

OTROS QUISTES

Existen otros tipos de quistes que no están relacionados con los ciclos menstruales:

  • Quistes dermoides. Estos quistes, también llamados teratomas, se forman a partir de las células reproductoras que producen los óvulos en el ovario (células germinales). Estos quistes pueden contener tejidos como pelos, piel o dientes. No suelen ser un cáncer.
  • Cistoadenoma. Este tipo de quiste se forma a partir de células en la superficie de un ovario. El quiste puede estar lleno de material acuoso o mucoso. Un cistoadenoma puede adquirir un tamaño muy grande.
  • Endometrioma. La endometriosis es una afección que hace que las células similares a las que recubren el interior del útero crezcan fuera de este órgano. Parte de ese tejido puede adherirse al ovario y formar un quiste; a esto se le denomina «endometrioma».

Los quistes dermoides y los cistoadenomas se pueden agrandar y provocar que el ovario se desplace de su posición normal. Esto aumenta la posibilidad de que se produzca una torsión dolorosa del ovario, llamada «torsión ovárica«. La torsión ovárica puede reducir o interrumpir el flujo de sangre al ovario.

Factores de riesgo

El riesgo de padecer un quiste ovárico es mayor en estos casos:

  • Problemas hormonales. Se incluye el consumo de un medicamento para mejorar la fertilidad que provoque la ovulación, como, por ejemplo, clomifeno o letrozol (Femara).
  • Embarazo. A veces, el folículo que se forma al ovular permanece en el ovario durante todo el embarazo. A veces puede volverse más grande.
  • Endometriosis. Parte de ese tejido puede adherirse al ovario y formar un quiste.
  • Infección pélvica grave. Si la infección se propaga a los ovarios, puede provocar quistes.
  • Quistes ováricos previos. Si ya has tenido un quiste ovárico, es probable que aparezcan más.

Complicaciones

No suelen suceder con frecuencia, pero pueden surgir complicaciones con los quistes ováricos. Entre estos, se incluyen los siguientes:

  • Torsión ovárica. Los quistes que se agrandan pueden provocar que el ovario se desplace. Esto aumenta la posibilidad de que se produzca una torsión dolorosa del ovario (torsión ovárica). Si esto sucede, puedes sentir un dolor pélvico fuerte e inesperado, o tener náuseas y vómitos. La torsión ovárica también puede reducir o interrumpir el flujo de sangre al ovario.
  • Rotura de un quiste. Cuando un quiste se revienta (se rompe), puedes sentir un dolor intenso y presentar un sangrado en el interior de la pelvis. Cuanto más grande sea el quiste, mayor es el riesgo de que se rompa. Hacer actividades vigorosas que afecten la pelvis, como el sexo vaginal, también aumenta el riesgo de ruptura.

Prevención

Aunque no hay manera de prevenir la formación de quistes ováricos, hacerse exámenes pélvicos periódicos ayuda a garantizar que los cambios en los ovarios se diagnostiquen lo más pronto posible. Presta atención a los cambios en tu ciclo mensual. Anota los síntomas menstruales poco frecuentes, especialmente aquellos que persisten durante más de un par de ciclos. Habla con el proveedor de atención médica sobre los cambios que te preocupen.

 

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