7 de diciembre de 2024

UN PUERTOMONTINO DE PASEO POR LA EDUCACIÓN DEL PRIMER MUNDO

There is a Mobile Optimized version of this page (AMP). Open Mobile Version.

Entre los pasillos del Liceo Andrés Bello, un muchacho camina con una serenidad que contrasta con el bullicio del recreo. La estatura promedio y su paso tranquilo lo hacen parecer un adolescente más en medio de la muchedumbre. Sin embargo, la chaqueta negra, diferente al uniforme escolar, y un colgante con el símbolo de Pi revelan una chispa de originalidad en este joven, cuya reciente aventura en el programa de verano de la Universidad de Yale lo distingue de sus pares.

Lo que comenzó como una posible oportunidad académica se convirtió en una experiencia transformadora, expandiendo horizontes y reafirmando el deseo de explorar el mundo más allá de las fronteras de Puerto Montt. A través de una breve conversación, descubriremos cómo su estancia en Estados Unidos, no solo ayudó a mejorar el nivel de inglés de este alumno, sino que también le permitió forjar conexiones y delinear sus aspiraciones académicas y profesionales.

¿Puedes presentarte y contar cómo te enteraste del programa de verano en Yale y qué te llevó a postularte?

«Hola, soy Ignacio Huaiquimilla Roa, estudiante de tercero medio en el Liceo Andrés Bello. Mi viaje hacia Yale comenzó gracias a mi profesora de inglés, Fernanda Orellana. Ella me habló con mucho entusiasmo del Yale Young Global Scholars y se convirtió en mi guía fundamental durante todo el largo proceso de postulación. Su apoyo fue crucial, especialmente para gestionar la ayuda financiera. Dado que el costo del programa era de aproximadamente 6.500 dólares, contar con la beca completa fue un alivio inmenso y la única posibilidad de concretar una oportunidad increíble

¿Cómo fue tu adaptación a Estados Unidos, inmerso en una cultura tan distinta?

«La adaptación al nuevo entorno fue un desafío significativo. La cultura, el ritmo de vida y la diversidad eran abrumadoramente diferentes. Sin embargo, me sorprendió gratamente la calidez de los compañeros y profesores, quienes me hicieron sentir bienvenido rápidamente. Su apertura para compartir conocimientos y experiencias facilitó mi integración y me permitió explorar nuevas áreas de interés. Cada día en el programa era una nueva aventura, repleta de oportunidades para aprender y crecer.«

¿Qué fue lo que más disfrutaste al interactuar con estudiantes de diferentes partes del mundo?

«Una de las experiencias más enriquecedoras fue interactuar con estudiantes de diversas partes del mundo. En un periodo de dos semanas, conocí a personas de México, Brasil, China, India, Colombia, Argentina, Guatemala, Japón, Corea del Sur y Singapur. El programa reunió a 1.800 participantes en tres secciones, y yo formé parte de la segunda, con 600 estudiantes. Este entorno multicultural amplió enormemente mi perspectiva, ofreciendo una ventana a nuevas culturas y puntos de vista que enriquecieron mi visión del mundo.«

¿Cómo era un día típico en el programa?

«Los días en el programa eran muy intensos y estaban llenos de dinamismo. Comenzábamos con un desayuno en grupo, seguido de ‘Family Time’, un espacio para conocernos mejor en pequeños grupos. Luego asistíamos a lecturas sobre temas variados y, por la tarde, participábamos en seminarios especializados según nuestros intereses. La jornada seguía con el trabajo en el Capstone Project, en mi grupo, creamos un partido político desde cero. Terminábamos el día con debates y discusiones sobre nuestras lecturas, lo que mantenía un ritmo estimulante y desafiante.»

¿Qué impacto crees que tendrá esta experiencia en tu futuro personal y académico?

«Esta experiencia ha sido un verdadero punto de inflexión. Me ha mostrado las vastas diferencias en las oportunidades educativas entre Chile y otros países. Aunque el entorno aquí puede parecer limitado, he aprendido que existen oportunidades globales que valen la pena explorar. Mi objetivo es continuar buscando y aprovechando estas oportunidades internacionales, con la aspiración de estudiar en el extranjero y especializarme en matemáticas o ciencias.»

¿Qué consejo le darías a otros jóvenes interesados en programas similares?

«Les aconsejo que no se dejen intimidar por el proceso. Hay muchas oportunidades internacionales en campos variados como matemáticas, leyes o economía. Aunque en Chile estos programas no siempre son bien conocidos, es crucial informarse y postular. El proceso puede ser largo y complicado, pero la recompensa es valiosa. La clave es intentarlo, ya que cada oportunidad puede abrir nuevas puertas a experiencias y aprendizajes

¿Qué mensaje te gustaría dejar a los profesores que te apoyaron durante esta experiencia?

«Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a los profesores de mi liceo por su apoyo incondicional. Sin su ayuda, no habría conocido el programa ni habría tenido la oportunidad de vivir una experiencia tan enriquecedora. Hasta ahora, ha sido una de las mejores etapas de mi vida, y todo lo que he logrado se lo debo a su dedicación y respaldo constante. ¡Gracias por creer en mí y ayudarme a alcanzar este sueño

Al seguir el testimonio de Ignacio, queda la reflexión sobre su aventura en tierras norteamericanas. La historia de este joven es mucho más que un relato sobre lo que un muchacho puertomontino puede lograr al aventurarse en lo desconocido; es también un mensaje de esperanza para quienes buscan trascender los límites de su entorno. Desde el bullicio del recreo en el Liceo Andrés Bello hasta los prestigiosos pasillos de la Universidad de Yale, Ignacio Huaiquimilla aparece como un ejemplo de que el verdadero crecimiento ocurre cuando se cruzan fronteras, se abrazan nuevas culturas y se persiguen sueños sin miedo. En la vastedad del mundo, este estudiante de la educación municipal puertomontina demuestra que, con voluntad, determinación y el apoyo adecuado, lo imposible se convierte en realidad, inspirando a otros a seguir el camino de sus sueños.

About The Author